Todos creemos que tenemos al perro más especial del mundo, y en realidad así es. Porque cada mascota llega a cada familia sin importarle nada, solamente a quererlos y a cuidar de cada miembro de la familia.
Así fue "Alenka" con nosotros. Llegó a nuestro hogar con una mirada tímida y un color blanco que rayaba con lo rosado de su piel. Lo mismo podía sentarse a jugar a las comiditas, pararse en dos patas y simular bailar cuando escuchaba música, correr a esconderse espantada ante los regaños de mi madre y en un instante pasar de toda la docilidad y ternura a convertirse en una fiera indomable, capaz de detener a cualquiera que tratara de acercarse a nosotros o a nuestra casa.
Nunca supimos si era una raza pura, muchos decían que era albina y aún tenemos el dilema de si en realidad existen los "Boxer" blancos, pero de lo que no tenemos duda es de su amor y fidelidad por nosotros.
Foto de Referencia*
"Una vida entre las patas"
Comments